miércoles, 11 de enero de 2012

Varios jóvenes ocupan en Urioste un caserío bicentenario

"No hay dinero, caballero". Con esta respuesta un grupo de cinco okupas, tres chicos y dos chicas de entre 20 y 30 años, justificaban el pasado sábado la ocupación de un caserío del barrio de Urioste, en Ortuella. Todo ello ante el asombro de sus propietarios, la familia De la Iglesia Murga, que ha visto cómo un acto ilegal les ha privado del acceso a una vivienda que lleva más de 200 años vinculada a la familia.

Fachada de la casa número 109 de Urioste ocupada este pasado sábado plena luz del día.

"Aquí falleció con 92 años la abuela de

mi mujer, que había nacido en el caserío", explicó Aitor González, esposo de una de las herederas, aturdido aún por una ley que "ahora mismo concede más derechos a quienes se reconocen como delincuentes que a los legítimos propietarios del inmueble. Parece el mundo al revés", lamentó.

Los hechos se iniciaron el pasado sábado cuando, a media mañana, los okupas -que han colgado una sábana en el balcón en la que señalan que la okupación no es delito- rompieron el candado de la verja de acceso a la propiedad tras la cual se introdujeron en la propiedad con más de 200 años de antigüedad. "Debieron entrar entre las nueve y las doce del mediodía del sábado, ya que una vecina que acudió a primera hora de la mañana a la peluquería no advirtió ninguna cosa extraña hasta que regresó, a eso de las doce del mediodía, y les vio dentro", recuerda Aitor González, quien tras conocer la ocupación -que intentaron también en otro inmueble- avisó a la Ertzaintza.

Como consecuencia de la denuncia, en la tarde el sábado se personaron en la propiedad varias patrullas de la Ertzaintza, que procedieron a la identificación de algunos de los moradores, mientras que el resto ni siquiera salió del edificio ante la presencia policial.

"La policía nos dijo que sin una orden judicial ellos no podían acceder al interior del caserío, por lo que debíamos recurrir a la justicia para lograr la autorización del desalojo", reseñó ayer Aitor González, que ese mismo día se personó en el juzgado de guardia de Barakaldo para presentar la primera denuncia por la intromisión ilegal en el caserío por parte de personas desconocidas.

Una denuncia que tuvo continuidad al día siguiente, domingo, cuando los familiares constataron que los okupas empezaron a sacar del interior del inmueble diversos objetos que se encontraban en el interior, momento que fue captado fotográficamente por los titulares de la propiedad y que fueron adjuntadas a la nueva denuncia.

Esta limpieza ha indignado profundamente a la familia De la Iglesia Murga por cuanto en el interior del caserío permanecían incontables recuerdos familiares de varias generaciones a los que se suman todos los elementos propios de un hogar "que nunca ha estado abandonado, ya que por ejemplo el pasado año llevamos a cabo el pintado de la fachada".

De libro Para los propietarios del inmueble ocupado se abre ahora un período de incertidumbre ante la dilación que la demanda pueda sufrir en sede judicial para lograr el desalojo "mientras que estos okupas de libro van a disfrutar de los muebles, los enseres, el menaje, la ropa de hogar, la luz y el agua de nuestra familia", denunciaba el portavoz familiar para quien esta ocupación ha seguido los pasos que aparecen en los manuales de ocupación que se encuentran en internet.

"Cerca hay algunas casas vacías, una de una promotora otra con un cartel de se vende pero han ido a por el eslabón más débil", indicó González, quien destacó que para más "inri, los okupas invitaron al cabeza de familia, de 82 años, a acceder al caserío para ver lo que estaban haciendo en su hogar".

fuente: DEIA

1 comentario:

Anónimo dijo...

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